“Así como el estudio de la Lógica ha sido notable por las cuestiones emparentadas de Metafísica que ha dado ocasión de plantear, el de teoría de probabilidades lo ha sido por el impulso que ha dado a los departamentos más elevados de la ciencia matemática. Cada uno de estos estudios, además, ha sido considerado justamente como relacionado El permitirnos deducir inferencias correctas a partir de unas premisas dadas no es el único objeto de la Lógica; así como tampoco es la única pretensión de la teoría de las probabilidades el enseñarnos a establecer el negocio de los seguros de vida sobre una base sólida; y a cómo condensar cualquier cosa de valor en los registros de innumerables observaciones en el campo de la astronomía, la física, o en ese campo de investigación social que va adquiriendo rápidamente un carácter de gran importancia. Ambos estudios poseen además un interés de otro tipo, derivado de la luz que arrojan sobre las potencias intelectuales. Nos instruyen en lo referente al modo según el cual el lenguaje y el número sirven de ayudas instrumentales en los procesos de razonamiento; nos revelan en cierta medida la conexión existente entre las diferentes potencias de nuestro común intelecto; nos ponen delante lo que, en los dominios del conocimiento probable y demostrativo, constituyen los criterios esenciales de verdad y corrección –criterios no extraídos de afuera, sino fundamentados profundamente en la constitución de las facultades humanas-. Estas metas de la especulación no desmerecen ni en interés ni en dignidad, ni aún, podría añadirse, en importancia, de los propósitos prácticos con cuya búsqueda han sido asociados históricamente. Exponer las leyes secretas y las relaciones de aquellas elevadas facultades del pensamiento mediante las cuales se llega a o se madura todo aquello que trasciende del mero conocimiento perceptivo del mundo y de nosotros mismos, es un propósito que no ha de menester panegíricos para una mente racional.[1] Lo resaltado no es del texto.
[1] Investigacion sobre las Leyes del Pensamiento, George Boole, Paraninfo, Madrid, 1982, traducción castellana de Jose Antonio Suarez Hernandez.